sábado, 30 de abril de 2011

Triatló Ciutat del Prat. Campeones de Catalunya

El C.N.Prat-Triatló, se ha proclamado campeón de Catalunya de triatlón por equipos, en el XVI Triatló Ciutat del Prat, que ha sido además la primera vez que se celebra un cto. de Catalunya de la modalidad.
En el podio, el Prat-Triatló, seguido del C.N. Mataró, C.N. Manresa, C.N. Reus Ploms y C.N.Terrassa:
En la categoría femenina, el equipo del Prat también estuvo en el podio, finalizando en tercer lugar, por detrás del C.N.Mataró y del C.N.Reus Ploms. El equipo del Prat estuvo compuesto por Paloma Dorvil, Nuria Miró, Merche Bonastre y Laura Maqueda:
El equipo B del Prat consiguió terminar en el 6º lugar de la general, con un equipo formado por Jordi Arias, Alex Zanuy, Lucas Chirico, Aitor Alejandre, Edmon Martínez y Jordi Campos:
Y el equipo A, campeón de Cataluña, estuvo compuesto por Carlos López, Albert Reig, Richard Calle, Sergio García y Rodrigo Torres:
El estado del mar hizo más complicado de lo normal los 750m de natación con los que comenzaba la prueba. Las olas y la dificultad de ver las boyas, hizo que no hicieramos un gran segmento de natación y nadásemos demasiado separados. Salimos los penúltimos de los 91 equipos que tomaron la salida.
La salida de la prueba del Prat-Triatló A:
En la entrada del agua no tuve problemas, aunque al girar la primera boya ya ocupaba la última posición del equipo. Rodrigo iba por un lado, con Carlos y Richard y sólo Albert se frenó unos metros para ayudarme a salir lo más rápido posible en el último tramo. Me he notado falto de ritmo en el agua, sobretodo en los tramos en los que nadé solo.
Saliendo del segmento de natación, rumbo a boxes:Realizada la transición en los primeros metros de bici, noto que mi rueda delantera se comporta como si estuviera pinchada. Pienso que puede ser una sensación, ya que los primeros metros de la zona de la playa están en obra y continúo detrás de Albert, hasta el primer paso por el puente, donde hubo un cambio de ritmo y Albert cedió unos metros.
Paso a Albert y volvemos a enlazar, pero sigo con la misma sensación en la rueda y me costaba bastante mantener el ritmo. Vuelven a marcar un ritmo fuerte y me quedo cortado un par de metros, sigo intentando volver a enlazar hasta que veo que no lo voy a conseguir y me aparto para que Albert me adelante y puede enlazar.
Él enlaza y yo me quedo a unos 20m del grupo, que tras mirar atrás continúa marcando el ritmo, con ya los cuatro componentes necesarios para finalizar la prueba.
Saliendo de boxes:
Ya en el giro del cementerio, rodando en solitario, veo que resultará imposible volver a enlazar, y continúo de vuelta a boxes, hasta que ya un juez me elimina del circuito. En ese momento me paro, compruebo la presión de la rueda y efectivamente, rodaba sin aire en la rueda delantera, aunque no llegaba a estar en llanta.
Carlos, Richard, Rodrigo y Albert, realizaron juntos las 3 vueltas del segmento de bici, para completar los 23km de bici:
Y tercera prueba por equipos, de las tres que van en la temporada que no termino. Curiosamente, en cada una he durado menos.
Albert, Richard, Rodrigo y Carlos se bajaron con pocos segundos de diferencia sobre el Mataró, pero con un gran parcial de carrera a pie, lograron entrar en meta con 1'05'' de ventaja sobre el segundo clasificado. La sensación de ir marcando un ritmo muy difícil de superar a pie, la mostraron durante los 5km.
El Prat, en la línea de meta:
Y varios de los gladiadores que estuvimos en la prueba, finalizado el triatlón:

miércoles, 27 de abril de 2011

Triatló Ciutat del Prat

El sábado participaré en el Triatló Ciutat del Prat, que será el primer campeonato de Catalunya de triatlón por equipos y estará organizado por el Prat-Triatló.
La prueba comenzará a las 09.30 y hay un total de 91 equipos inscritos. Yo seré uno de los cinco componentes del equipo del Prat-Triatló A y conmigo estarán Richard Calle, Rodrigo Torres, Albert Reig y Carlos López, todo un equipazo, aunque volveremos a ser 5 componentes, permitiéndose un máximo de seis por equipo.
Este es el cartel de la edición de este año:
A nivel particular espero ir con todos en el agua y ayudar en la bici. Intentaré seguir al resto a pie y si el ritmo de los demás es muy superior al mío, pues llegaré hasta donde pueda. De momento, he vuelto a correr y no tengo ninguna molestia, pero está claro que acusaré la falta de ritmo, aunque voy con muchas ganas.

martes, 26 de abril de 2011

60 días para Niza. Análisis resultados Ironman

A principios de agosto del año pasado formalicé mi inscripción para el Ironman de Niza. Han pasado más de ocho meses desde ese día y ya tan solo quedan 60 días para que se celebre la prueba, el próximo 26 de junio. Cómo pasa el tiempo...
Desde entonces, hasta el pasado fin de semana, no había mirado las clasificaciones de otros años. No tenía ni idea de los parciales que hacía la gente en el Ironman y tampoco me había preocupado demasiado por ello.
Sólo sumando los triatlones y duatlones que he acabado, ya hacen 220 pruebas. Aun con ese bagaje competitivo, soy incapaz de decir el tiempo que hago en un triatlón sprint, olímpico, medio, etc. Influyen tantos factores, que el tiempo final no me dice nada. Las distancias no son las mismas, los recorridos tampoco... incluso la experiencia me dice que no se pueden comparar ni los tiempos entre dos salidas distintas de la misma prueba.
Pues bien, varios me han ido preguntando qué tiempo espero hacer en Niza, o qué puesto... Ni lo sé, ni me importa. Si me encuentro bien, será un buen tiempo. Ahora mismo no sé decir si un buen tiempo son 10h, 11h o 13h.
Pero bueno, ahora ya sí tengo conciencia de los tiempos finales que hace la gente en este Ironman. A decir verdad, conocerlos me ha descolocado más aún en ese aspecto. En algunos segmentos si lograra ir a los ritmos a los que pensaba ir, sería un supercrack y en otros demasiado discreto. Cada prueba es un mundo.
Me he descargado los resultados del Ironman de Niza de los últimos cuatro años. He representado gráficamente el número de triatletas que han acabado en cada intervalo de 15min, a modo de histograma. En la tabla de la parte inferior del gráfico figura el número de triatletas del intervalo y el puesto en la clasificación general que ocupó el último de los incluidos en ese intervalo. Y la línea representa el porcentaje de triatletas que ha logrado acabar la prueba antes de ese intervalo.
Por ejemplo, en el 2010, hubo 100 triatletas que terminaron el Ironman con un tiempo entre 10h45min y 11h00min. El último de ellos ocupó el puesto 373º en la general. Y en ese momento, el 16,1% de los triatletas que terminaron la prueba, ya habían terminado.
La estadística es lo que tiene... si tomamos una muestra pequeña, influyen tantos factores que nadie puede vaticinar un resultado, pero si vemos el global de los cuatro últimos años, se ve que "sorprendentemente" los resultados de la gente han sido muy parecidos.
Estos son los resultados del Ironman del 2010:
Viendo una distribución así y pensando... 55min de agua, 6h de bici, 3h15' a pie... son 10h10'... le metes transiciones (7' y algo) y le quitas algo de bici... mmm... Juer.... ¿No será demasiado ambicioso querer marcar un ritmo que supone acabar entre el 5% de los mejores?
Además el Top-10 está en los 4 primeros intervalos, que ocuparán los profesionales. Luego irán los supercracks... etc. Seguramente esos tiempos "empíricos" que había pensado, no sean muy acertados para Niza.
Luego me meteré en los parciales, para ver qué es lo que más le cuesta a la gente en este Ironman.
Aquí están los resultados finales del 2009:
A continuación los del 2008:
Y aquí los del Ironman de Niza del 2007:
Seguimos... En la tabla está el tiempo que hubo que hacer en los cuatro últimos años para meterse en el Top-1, 10, 50, 100, 150, 200, 300, 500, 1.000 y 1.500 del Ironman de Niza.
Vuelvo a repetir, quiero terminar, corriendo, caminando o gateando. Sin pinchar, pinchando, reparando, en llanta, o con la bici de la mano... Así podría seguir...
Pero la tabla me sigue asustando. Un Top-100 se logró en el 2010 con 10h7min, con 9h59 en el 2009, 10h9min en 2008 y 10h11min en 2007. Desconozco la climatología de cada año, o si hubo variaciones en los circuitos.
Sólo en el 2007, con menos finishers, Top-100 supuso estar entre el 8% de los mejores. El resto de años fue estar entre el 4 y 5%. Osea, de cada 100 tios que ves en boxes, tienes que ganar a 95-96. En una prueba de larga que nadie intente fijarse en las apariencias antes de la prueba, también lo digo por experiencia.
Tabla con los tiempo de corte para diferentes puestos en la clasificación del Ironman:
Las medias no me gustan mucho, pero como los valores son bastante parecidos y sólo es para tener un orden de magnitud de las cosas, en la tabla está la media del tiempo en meta para hacer desde Top-1, hasta Top-1500, en Niza. Y el porcentaje de triatletas que han entrado en meta en ese tiempo:
Sin meterme en si es posible o no, con mis niveles en cada segmento, teniendo en cuenta transiciones, avituallamientos, incidencias, etc, aspirar al Top-100 sería en mi caso suficientemente ambicioso. Top-150 seguiría siendo a priori un muy buen resultado. Sigue suponiendo estar ese día entre el 5% y el 7% de los triatletas más rápidos. Pensar en marcas más bajas, supone salirme de lo "normal".
Bueno vale, para saber por donde sopla el viento he chupado el dedo y he apuntado al aire. Aplicada la lección 1 de meteorología, cuando el meteocat no me sabe decir siquiera si me mojaré si salgo en bici dirección Sitges...
Una tabla que a mí no me aporta nada, pero la pongo a modo de cultura general. El mejor parcial, la media y el peor de cada segmento del año 2010:
Y esta ya tiene más enjundia. Si os fijáis en la tabla con la media del tiempo en meta para hacer Top... aparece el porcentaje de triatletas que han conseguido ese tiempo.
Esos porcentajes los he tenido como referencia para calcular los mejores parciales de cada segmento.
A modo de ejemplo, el Top-100 lo hacían los 5,1% triatletas más rápidos. Pues el parcial de nado que supone el 5,1% más rápido es 1h0min41s. Osea, alguien con ese tiempo, sale el 100 del agua en Niza. Hay que tener en cuenta que alguien que haga el parcial 100 en los tres segmentos, no creo que acabe el 100º en la general. De hecho, si sumamos los parciales del Top-100 de cada segmento, suman 9h59min, cuando en la general, el 100º hace 10h 6min.
Pero da un orden de por donde se puede mover uno. De mi idea inicial, veo que si realmente puedo nadar en 55min, sadría entre los 50 primeros del agua. No sé... nadaré contínuo, pero no me voy a deslomar. Quizá no haga 55', pero es posible que salga entre los 50 primeros del agua en el Ironman, nunca lo había pensado.
En la bici, había pensado en 6h, que es a 30km/h de media, porque el circuito es duro, pero viendo los tiempos parece que no me tendría que asustar por hacer una media de 32-33km/h. En la bici creo que me estaba poniendo tiempo de más, pero tampoco sé decir ahora otro tiempo. 5h 30? En junio lo veré...
Y a pie pues vaya... yo iba con la idea de correr a 4'30''-4'40'', que es 3h15'-3h20'. O soy muy malo en bici, o soy muy buen atleta, pero algo no encaja. Estamos hablando de que me ganen 500 tios en bici y luego hacer un parcial top-50 a pie... No sé... igual pensar en 3h30 es más real... que sería estar entre los 100 triatletas que mejor corren.
Tabla con el tiempo del parcial 50, 100, 150...1.000 en cada segmento, de la edición del 2010:
Me he quedado como estaba. No sé qué tiempo haré en Niza. No me preocupa y lo que quiero es hacerlo a un ritmo que yo considere bueno. Si no tengo muchos problemas, pues vendrá acompañado de una buena marca/resultado, pero el objetivo no es ni clasificarme para hawaii, ni hacer una marca u otra, ni meterme entre los X primeros. El tiempo final me da bastante igual, y prefiero una bici exigente a verme rodeado de pelotones. Por eso elegí Niza entre otras cosas.
Pero esto me ha servido para ver que la bici tiene que ser más rápida de lo que pensaba y la carrera a pie no va a ser tan facil. Un profesor mío decía: "el papel lo aguanta todo".

lunes, 25 de abril de 2011

Seño, ha empezado él...

Llevamos unos días de semana santa en los que el cielo no acaba de permitir grandes salidas y hay que mirar de reojo al cielo en todo momento. Aun así, ayer y hoy he rodado unos km en bici, aunque estoy deseando cargar las baterías con luz solar...
Hoy nos juntamos en Sant Boi, con ánimos generales de hacer una salida tranquila. Vamos, lo que se dice siempre, pero yo juro que esta vez me lo había creído.
Jose Luis, Marc, Pau, Toni, Javi, David, Marcel, Sergio, Gerard, Jose Alberto, Ramón, Pedro, Alejandro, Alberto y yo, antes de comenzar la clase:
Comenzamos subiendo a Begues, para ir hasta Font Rubí, aunque como para muchos se hacía tarde y el cielo tampoco inspiraba confianza, llegados a Avinyonet, dimos una vuelta por Sant Pau d'Ordal y vuelta otra vez por Begues.
Jose Luis, con Marc, Pau y Alejandro en los primeros tramos de Begues:
Hasta Begues más o menos lo esperado. Cada uno a su ritmo, con pequeños grupos... Yo subí en 17'54'', haciendo 9'37'' en el primer tramo, con Pedro y Alberto y 8'17'' en la segunda parte ya solo.
Pero tras agrupar en Begues, el patio se comenzó a revolucionar. Jose Alberto, que ya lleva un par de días siendo el niño malo que pone cara de bueno, comenzó a instigar al resto para lograr que nos diéramos cuenta de que los cuádriceps también saben llorar. Y si ayer nadie entraba al trapo con sus travesuras, hoy había un grupo de agitadores, que hizo que nos pusiéramos todos en fila de uno, rumbo a Avinyonet y a toda velocidad.
La cosa se puso seria. Eso ya no estaba siendo jugar a la hora del recreo. Joer, eran demasiadas piernas moviendo a toda velocidad piñones bajos, no había manera de evitar contribuir en el desenlace de la batalla campal.
Y entonces cuando toda la clase está armándola, decido hacer yo también la gracia, con la fortuna de que la hago en el momento donde más se da cuenta todo el mundo. Se gira la profe y dice: Sergio, otra vez tú? "Señorita, ha empezado él..." Pues castigado a rodar unos metros solo, pensando en lo que has hecho y cuando hayas reflexionado, ya vuelves con los demás al patio.
Arrepentido vuelvo a ser atrapado, pero ahora resulta que todos se hacen los buenos y se portan mejor que yo... Se vuelve a despistar la profe y alguno vuelve a comenzar con los piques de compañeros. Así seguimos dándonos collejas en los cuádriceps hasta Avinyonet, donde suena la campana.
La foto de la clase de hoy:
Y seguimos haciendo una pequeña vuelta por Lavern y Sant Pau, para salir de nuevo a la carretera del Ordal y volver a Avinyonet. Esto era como la excursión de colegio en la que todos los niños se desmadran. La situación era incontrolable.
La aparente calma duró más bien poco.
Pedro, Sanfeliu, J.Alberto, Marc, Alberto... son los verdaderos culpables. Mala gente... jajaja
En total me han salido 82,91km, en 2h 43min, a 30,40km/h de media y 70,46km/h de máxima.
Y ayer, después de mojarme en la bici y salir de nuevo el sol, al llegar a casa hice una transición de 27min de carrera a pie contínua. Llevaba 29 días sin correr nada de nada (desde la primera carrera del cto. de España de du por equipos de Alcobendas). No he tenido ninguna molestia en la rodilla, aunque las sensaciones de volver a correr eran un poco raras. Me sentía técnicamente más Eneko Llanos que Iván Raña... Esta semana volveré a los entrenamientos de carrera a pie.

domingo, 24 de abril de 2011

Etapa 4. Cantabria-Asturias. 207 km.

El lunes 18 de abril completé la última de las cuatro etapas en las que recorrí en bicicleta los 917 km que me salieron entre Barcelona y Asturias.
En la cuarta etapa, de Asturias a Cantabria, hice un total de 207,16km, saliendo de Sarón, provincia de Cantabria, a las 08:10am y llegando a Albandi, en Asturias, sobre las 16:45.
Estuve pedaleando un total de 7h 54min en la cuarta etapa y el tiempo empleado en paradas fue de tan sólo 35min. La velocidad media fue de 26,17 km/h y la velocidad máxima de 55,34 km/h.
El desnivel total acumulado en la última etapa fue de 2.225m.
Este es el perfil de la cuarta y última etapa, con las poblaciones de paso:
Para la última etapa, contaba con la compañía de Emilio Diego Castañeda, extriatleta cántabro que ahora compite en ciclismo. Con él al lado, no me tuve que preocupar de cómo cruzar Cantabia y tras salir de Sarón, subimos por Zurita a Torrelavega, para luego llegar por el alto de Quijas a Cabezón de la Sal.
Llevaba casi seis años sin ver a Emilio, con el que prácticamente realicé íntegramente todos los triatlones en los que coindidíamos, en la época en la que él era triatleta del Camargo y yo corría con la Academia Civil-El Musel. Solíamos salir cerca en el agua y cuando los triatlones eran sin drafting, siempre íbamos en el mismo grupo. Han sido muchas las pruebas que se han resuelto, unas a su favor y otras en el mio, durante esos años en los que competíamos en Asturias, Cantabria y ctos. de autonomías.
Con Emilio, en varias imágenes de triatlones del año 2005, como el de Santa Olaya, el de Camargo y el de Santander:
Pasado Torrelavega, continuamos por el alto de Lamadrid hasta San Vicente de la Barquera. La idea de Emilio era la de acompañarme hasta Gijón si todo iba bien y luego allí sería recogido por su mujer, la cuál se había ofrecido a ir a buscarlo en coche.
Pasado San Vicente, pronto llegamos a Unquera, último pueblo de Cantabria. Cuál fue mi sorpresa cuando al cruzar el puente de la ría de Colombres, veo que el puente está en obras y han retirado el cartel que anuncia la entrada en el Principado de Asturias.
Intentamos buscar otro cartel, pero el único de la zona estaba en el puente habilitado para el paso de coches, que está prohibido para los ciclistas, con lo que después de tener la foto con los carteles de Cataluña, Aragón, Navarra, La Rioja, País Vasco y Cantabria, me tuve que conformar con el cartel de Colombres, primer pueblo de Asturias.
Ya en Asturias, seguimos toda la carretera de la costa, pasando por Llanes y Celorio, hasta llegar a Ribadesella.
Y no podía realizar un viaje de este tipo sin que la lluvia hiciera acto de presencia. Aunque tuve mucha suerte con la meteorología durante las cuatro etapas, en La Isla, poco antes de entrar en Colunga, una nube descargó sobre nosotros, haciendo que la carretera quedara complétamente mojada.
Pero apenas rodamos unos km bajo la lluvia y ya a la entrada de Colunga, volvió a lucir el sol, con un asfalto perfectamente seco, puesto que allí no había llegado la lluvia.
Y en Colunga continuamos por la costa hasta Villaviciosa, donde me paré a rellenar los bidones, en el que fue mi último repostaje de los 917km. Pese a no subir grandes puertos, el trazado era de contínuas subidas y bajadas. De hecho, en el total de la etapa se superaron los 2.200m de desnivel positivo acumulado, cuando muchas de las localidades por las que pasamos estaban prácticamente al nivel del mar.
Y la ruta de Villaviciosa, rumbo a Gijón, pasó por El Pedroso, que de las opciones existentes es la que más me gusta. Emilio guardaba malos recuerdos de la última vez que subió por esa zona, pero esta vez no se le hizo tan largo.
El ritmo en todo momento fue cómodo, rodando siempre que fue posible en paralelo. No tuve que recurrir a ir a rueda y manteníamos una buena velocidad media. Tampoco hicimos ninguna parada para comer y agoté todas las existencias que me quedaban de barritas de cereales.
Eso sí, en todo el viaje no hubo ninguna agresión, aunque Emilio reservó un ataque para el último repecho anterior a llegar a Somio, sabiendo que cuando yo entrenaba por esa zona, era el tramo que más se me atragantaba, no por dureza, sino por saber que era lo último antes de la bajada. Cuando Emilio me hizo un cambio de ritmo, pese a ni intentar seguirlo, verle acelerar el ritmo transmitió un enorme dolor a mis piernas, que me recordaron que aunque me encontraba sorprendentemente perfecto después de los cuatro días, tampoco estaba para muchos más alardes. A los pocos metros se paró y se rió de cómo me la había jugado.
Y llegados a Gijón, me despedí de Emilio, que me había acompañado durante algo más de 190km y regresaba en coche a Cantabria. Ya me quedaban menos de 20km a casa.
Y en Gijón, de todas las opciones posibles, elegí la ruta pasando por el estadio del Molinón, que ha cambiado la apariencia externa y no lo reconocía. Luego por la playa de San Lorenzo, aprovechando para hacer alguna foto por el paseo, más tarde en el puerto deportivo con las letras de Gijón y después con la fachada del colegio a donde fui, que ahora ya no conserva el mismo nombre.
Cruzado Gijón, tan sólo me separaban unos km para llegar a Albandi, destino final de mi viaje. Cuando llegué, me hice la foto de rigor con el cartel del pueblo.
Pero cuál fue mi sorpresa al ver que mi llegada era esperada y en el suelo, como si de una etapa del tour de Francia se tratara, estaba pintado "Sergio yes un campeón" (Sergio eres un campeón) y fui recibido entre aplausos, por haber completado las cuatro etapas, desde Barcelona a Asturias.
Ya sólo me quedaba llamar al timbre de casa, para que me abrieran la puerta y sustituir esta vez la foto que en las anteriores etapas me había hecho tumbado en la cama de un hotel, por la frondosa hierba asturiana, eso sí, acompañado de Kike y Paco, escena con la que cerré mi viaje.

sábado, 23 de abril de 2011

90km dando gas

Esta mañana hemos organizado una salida desde Cambrils, en la que me han salido 90,33km, en 3h 8min, a una media de 28,68km/h y 55,89km/h de velocidad máxima.
Sergio, Luis, Rafa, Oriol. Victor, Alberto, Joaquim, Javier y Victor, antes de comenzar:
Comenzamos ascendiendo a La Teixeta, donde Javier Solanas, que venía de hacer 2º en el duatlón de LD de Sueca a principios de mes, empezó a marcar un fuerte ritmo, que pude aguantar a rueda, no sin pasarlo un poco mal en los metros finales, en los que se unió el exciclista profesional del Kelme Angel Edo, que se limitó a ser expectador y subir a mi rueda, formando el terceto de cabeza que coronamos La Teixeta. Me dio bastante moral aguantar el ritmo de estos dos cracks de las dos ruedas.
El perfil de la salida de hoy, con 1.325m de desnivel positivo acumulado:
Continuamos hasta Falset, descendiento por Porrera y con otra pequeña subida que nos tomamos con más calma. El paisaje era una pasada.
Disfrutando del terreno, Victor, Alberto, Oriol, Joaquim y Victor:
Parón para reparar un pinchazo de Rafa y comentarios referentes a si en algún momento haríamos algún tramo llano...
Superado Falset seguimos por la Torre de Fontaubella, hasta Colldejou, en otro puertecito que no conocía y que volví a subir a rueda de Javier Solanas, también conocido como Leciñeno, que me llevó con el gancho hasta el parque eólico de la cima. Yo me limité a poner el autobús atrás y tratar de defender el 0-0. El combate se terminó sin llegar al K.O., pero la victoria a los puntos se la ha llevado por supuesto él, ya que yo bastante he tenido con cubrirme en los dos puertos.
Esto es lo único que pude ver durante los 6km de puerto:
Continuamos hasta Pratdip por una carretera secundaria muy chula, que nos dejó unas buenas vistas.
En definitiva, buena salida en buena compañía, con un cielo que respetó, aunque nos pilló la lluvia en algún momento.
Mañana actualizaré con la crónica de la última de mis cuatro etapas entre Barcelona y Asturias.

viernes, 22 de abril de 2011

Etapa 3. Navarra-Cantabria. 231 km.

El domingo 17 de abril completé la tercera de las cuatro etapas en las que recorrí en bicicleta los 917km que me salieron entre Barcelona y Asturias.
En la tercera etapa, de Navarra a Cantabria, hice un total de 231,00km, saliendo de Mendavia, en Navarra, a las 07:20am y llegando a Sarón, provincia de Cantabria, sobre las 18:10.
En esta tercera etapa pedaleé durante un total de 8h 57min y el tiempo empleado en paradas fue de 1h 50min. La velocidad media fue de 25,79 km/h y la velocidad máxima de 68,49 km/h.
Ha sido la etapa en la que más desnivel positivo he acumulado, con un total de 2.960m.
Este es el perfil de la tercera etapa, con las poblaciones de paso:
A primera hora de la mañana los termómetros marcaban 10ºC y el aire era frio. Añadiendo que comencé la etapa temprano, preferí comenzar con el chubasquero y perneras largas. El desayuno lo hice en la habitación y luego me tomé un café en una de las cafeterías del pueblo, antes de comenzar la tercera etapa, saliendo desde Mendavia.
Aunque tenía pensado salir en dirección Viana, tomé la carretera que me llevó por Lazagurría, manteniéndome en la provincia de Navarra. La primera hora de la etapa la hice con la luz trasera encendida, ya que aunque había poco tráfico, los coches aun llevaban las luces encendidas.
En estos primeros km, la velocidad media era baja, alrededor de los 23km/h. El aire lo tenía en contra y todo el terreno tendía a subir. Pasé por Torres del Río y alrededor de las 08.00am, en una parada técnica, me quité el chubasquero para intentar mejorar un poco el ritmo.
Las sensaciones ya fueron mejores cuando llegué a Espronceda, pero los primeros km fueron lentos.
Seguía avanzando por la frontera Navarra, rumbo al País Vasco, mientras ganaba altitud. Sabía que La Población, último pueblo de Navarra, estaba a una cota superior a los 900m y teniendo en cuenta que partía de los 360m, los primeros 30km serían duros.
Pasé por Aguilar de Codes, La Población y llegué al alto de La Aldea, de 1.000m de altitud. Mi velocidad media en el alto era de 22,93km/h. Me vino bien no haber alargado la etapa del sábado, puesto que disfruté más afrontando fresco estos primeros km de la etapa del domingo.
Comencé mi primer descenso largo, entrando en el País Vasco en un punto donde la distancia exacta hasta Vitoria coincide con la de una maratón. Ya en Álava, crucé el pueblo de Bernedo y tras el paso fugaz por el País Vasco, me metí en la provincia de Burgos.
En Burgos, el terreno era rompepiernas, con pequeñas subidas, aunque la tendencia general era la de ir perdiendo altitud hasta llegar a la Puebla de Arganzón. El viento no era demasiado fuerte, pero no me era favorable, a mi paso por Albaina, Treviño y Ventas de Armentía.
Con mis primeros 60km, ya tenía una media de 25,12km/h. Me crucé con algún grupo de ciclistas camino de Añastro, pero todos iban en sentido contrario al mio.
A mi llegada a la Puebla de Arganzón, tuve que preguntar para encontrar la carretera que me volvía a meter en el País Vasco. Aproveché para hacerme unas fotos y comer algo de bollería. Ya eran las 11.00am.
Dejado atrás Burgos, volvía a entrar en el País Vasco. Subiendo hacia Tuyo, vi por fin un grupo de ciclistas en mi mismo sentido, que incluso llevaban un coche de apoyo. Pero no tardé en alcanzarlos y me sorprendió ver que todos iban perfectamente equipados con la ropa del KAS. La media de edad del pelotón era alta y pocos metros más tarde, ya volvía a rodar solo.
El terreno era de contínuas subidas y bajadas, pasando por La Sierra y Nuvilla, hasta comenzar una bajada que me llevó a Pobes.
En Pobes, quería ir en dirección a Ginea y Cárcamo, pero tras hablar con un grupo ciclista que estaba desayunando en una terraza, me recomendaron que continuara por la misma carretera que llevaba y que más adelante me desviara. Más o menos era la misma distancia, así que seguí por la carretera de Álava, encontrándome la segunda sopresa de la jornada, el alto de la Tejera, de 750m de altitud, ente Pobes y Salinas de Añana.
Ya con casi 100km en las piernas, cerca de las 12.00am, el último km de La Tejera se me hizo duro, llegando a subir a 11km/h en algún punto del último km, que con varios zig-zags, tiene un porcentaje medio del 8%.
Con 100km ya había llegado a los 1.500m de desnivel positivo acumulado y todavía no había salido del País Vasco, me quedaba cruzar Burgos y entrar en Cantabria por el Portillo de Lunada.
Coronado Tejera, continué hasta Espejo, para seguir al norte rumbo a Fresneda y Osma, que fue el último pueblo que crucé del País Vasco.
Con 116km entré en Burgos por Berberana y volvieron las rectas, aunque con tendencia a subir contínuamente.
Se acercaban las 13.00am y ya tenía ganas de hacer un alto para comer. Llegué al pueblo de Aostri de Losa y no pude resistirme a hacerme una foto en el cartel que indicaba la celebración del "tri de Losa". Eso sí, no había rastro de bar alguno donde parar y me veía comiendo barritas.
En San Martín de Losa, ya a las 13.10, entraba en el pueblo y una amable lugareña me advirtió de que no encontraría ningún bar hasta que no llegara a Quincoces de Yuso, al que llegué a las 13.30 y por fin pude meterme mi merecido bocadillo de lomo y coca-cola.
Después de comer, rectas y más rectas, que con la digestión y el calor, hacían que rodara por debajo de los 29km/h en muchos tramos. Seguía subiendo y aun tuve un par de repechos importantes pasando por Castrobarto y Colina, antes de llegar a Espinosa de los Monteros, donde tan sólo quedaban 17km hasta Lunada.
En Espinosa, me quité los manguitos y las perneras, para afrontar el último puerto de la etapa y empecé a pedalear dirección Lunada, con 170km en las piernas y pasadas las 15.20 de la tarde.
Aunque sabía que quedaban 17km, no fue hasta pasado Bárcenas y Las Machorras, cuando pude decir realmente que comenzaba a subir al Portillo de la Lunada, que desde esta parte de Burgos, tiene duros los 10 últimos km.
Desde ahí, también tenía la opción de subir Estacas de Trueba, más corto, pero con mayores porcentajes, o La Sía, que es el típico puerto en el que los ciclistas Cántabros se cronometran para tener una referencia entre los niveles de la gente. De todos modos, mi elección era Lunada, el de mayor cota y mejor paisaje.
Pasadas Las Machorras, en esos 9-10 últimos km de ascensión, mantiene una pendiente constante, que va del 5 al 7%. No se caracteriza por tener muchas curvas y son subidas largas tendidas, que yo hacía en torno a los 12-14km/h, sin mucho desgaste. El sol pegaba en esos primeros km de puerto.
La pendiente media del Portillo de Lunada es del 6% y el paisaje está completamente deshabitado, pero con unos bordes de piedra pastoril, típicos de la zona pasiega, que lo hacen muy bonito de subir. No reserva ninguna sorpresa en lo que a pendientes se refiere y llegué a la cima tras 43min de ascensión a ritmo contínuo.
En el último km, ya se notaba que estaba por encima de los 1.000m de altitud y vi algún trozo de nieve aun sin derretir en la cuneta.
Justo en la cima del Portillo de Lunada se encuentra la frontera de Castilla y León con Cantabria, a la que llegué con 187 km. Ahí aproveché para ponerme de nuevo los manguitos, las perneras y el chaleco, puesto que me encontraba a 1.350m de altitud y debía de comenzar el descenso, para bajar a Sarón, que se encuentra a 90m sobre el nivel del mar.
Los 8-10 primeros km de descenso de Lunada no dejaban lugar a soltar el manillar, pero las vistas eran preciosas. El asfalto estaba bacheado en esos primeros km de bajada, que por el lado Cántabro, desde Liérganes a Lunada, casi se tienen 30km de subida, siendo mucho más duros que por el lado de Burgos, que es más corto.
El primer pueblo que me encontré en el descenso fue San Roque de Riomera.
Y de San Roque seguí bajando, aunque con algún que otro repecho, hasta Liérganes, donde ya casi estaba al lado de la carretera nacional que va de Torrelavega a Oviedo. En Pámanes, me metí en la nacional hasta Sarón, al que llegué con 231,00km y una velocidad media de 25,79km/h. Ya en Sarón, como en las dos etapas anteriores, lo primero que hice fue tumbarme en la cama.
Ya únicamente me quedaba la última etapa, entre Cantabria y Asturias, que además era la de menos km. Completada la etapa reina, ya estaba todo hecho.

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