Esta tarde, a las 15.30 se dió la salida del XXIII Triatló de Catalunya, celebrado en Banyoles (1,5km-40km-10km).
De nuevo la lluvia era protagonista y no cesó en toda la prueba, lo que hizo peligrosa la competición.
La natación se hizo en el lago de Banyoles, con una salida caótica, en la que muchos triatletas estaban adelantados respecto a los demás. Afronté los 1.500 metros de nado no demasiado explosivo, para intentar guardar fuerzas para el resto de segmentos. Nadé de menos a más y a media prueba vi que me pasaba Miquel Blanchart. Aunque en otras ocasiones salgo del agua cuado él, esta vez no vi mal que me pasara, ya que el comienzo de la bici era duro y quizás seguir la rueda de Blanchart podría reventarme. Tomé entonces un ritmo continuo, bueno, en paralelo con otro triatleta y salí del agua distanciado de la cabeza.
En la bici, en los metros iniciales fui alcanzado por Arnau Bellapart, que iba acompañado de otros tres, a los que me uní. Fuimos cogiendo a gente y las sensaciones eran buenas, aunque la lluvia hacía que extremara las precauciones.
Más tarde alcanzamos al grupo de Blanchart, Jordi Ferré, Marc Trias, Albert Reig... y formamos el 2º grupo, con Xavi Llobet y David Royo por delante, tras el pinchazo de Pontano.
Rodé con ellos hasta el km 30 sin problemas, momento en el que el cauce de la carrera cambió bruscamente para mí.
Pongámonos en antecedentes:
Lunes 1, entrenamiento de carrera en el Prat: Estoy calentando a pie con Carlos López y Julio Cardo, hablando de Banyoles. Ambos me describen el recorrido, diciendo que hay una rampa dura de 500 metros nada más empezar, luego contínuos toboganes que se llevan bien y que cuando crees que lo has superado todo, después de una bajada técnica con curvas peligrosas, en los últimos 10km, de repente, se llega a un puerto, de unos 1,5-2 km, en el que siempre te quedas del resto del grupo tontamente. Luego a meta quedan unos 10 km de falso llano en bajada.
Domingo 6, en plena competición: Un triatleta del Terrasa, a falta de unos km para llegar al puerto me dice que ahora viene lo peor, una bajada muy peligrosa y luego el puerto, de 1,5-2km de subida.
Volviendo al lunes... Corriendo, entramos en una discusión filosófica para diferenciar entre cuándo alguien ataca y tú no le puedes seguir y cuándo eres tú el que te quedas del resto del pelotón. Despues de muchos argumentos, Carlos y Julio me dejaron claro que:
- Si voy en un grupo y ataca uno, o dos, o tres... aproximadamente menos del 40% del pelotón, si no voy con ellos es porque no he podido responder al ataque.
- Sin embargo, si más del 50-60% del pelotón se va y yo no estoy entre ellos, es que me he quedado del grupo.
De nuevo en pleno segmento ciclista... Anteriormente Albert, Trias, el triatleta del Terrasa, Israel Escudero... habían hecho amagos de quedarse, aunque siempre habían vuelto a enlazar. Yo más o menos conservaba el tipo y habiéndo aguantado la bajada peligrosa sin mayores problemas, comenzaba el inicio del puerto pensando en si atacaría alguien o si me quedaría yo. Para afirmar que yo me quedara, dependería de cuántos fuéramos los que no siguiéramos al resto...
Pues nada, el del Terrasa, que decía que iba justo y se iba a quedar, Albert, que por momentos había perdido comba, David Royo, que tras ser alcanzado por mi grupo se ponía a cola y parecía mostrar no muy buenas sensaciones, Escudero, que caracoleaba a ratos... todos acordaron atacar a la vez y el único pringao que no siguió a los demás fui yo!!! No es que el ritmo fuera excesívamente alto, pero las subidas de plato pequeño no son lo mio y ya llevaba una actitud conformista aceptando quedarme en cualquier momento. Atendiendo a la diferencia entre no responder al ataque y quedarme, evidentemente, me quedé.
Comencé entonces una lucha en solitario para volver a enlazar, en la que mantenía la distancia visual sobre el grupo en el falso llano, pero poco a poco se iban alejando. Tras 9 km en solitario, cuando ya llevaba 39km, fui cazado por un grupo de unos 7-10 triatletas, en el que venían un montón del Reus, con los que llegué a boxes.
Salí a correr a buen ritmo, sin acelerones y parecía que el esfuerzo en solitario bajo la lluvia no me había dejado demasiado tocado. Poco a poco fui progresando entre los que me habían alcanzado e incluso adelantaba a gente del grupo del que me quedé. No tuve ningún bajón de ritmo en la carrera y acabé en un fantástico puesto 11º de la general, lo que me hace pensar en el puesto que hubiera acabado si no hubiera perdido el pelotón del que salió el vencedor de la prueba, Miquel Blanchart, que finalmente pasó a pie a Xavi Llobet.
Mi bici, al término de la prueba: Y eso sí, podio por clubes. El 6º puesto de Albert Reig, más mi 11º lugar y el 28º de Robert Budai, nos hizo subir al tercer cajón del podio, detrás del Manresa y del Mataró.
Y aquí están Victor Dobaño y Leo Armentano con Tiago, que posa con su primer trofeo, premonición de lo que puede ser una de las carreras deportivas más prometedoras.
Banyoles ha sido un gran test del que he salido apto de cara a Ferrol. Me queda la espina de no haber logrado un resultado impresionante, tal y como se desarrolló la competición, pero estoy más que satisfecho con mi estado de forma, sorprendente o milagroso, teniendo en cuenta como estaba hace menos de un mes. Parece que en el Cto. de España podré defenderme con dignidad y no repetir el resultado de mi única participación en élite, en la que sólo gané a dos triatletas.

Publicado por Sergio García