Os invito a poneros en situación. Imaginaros que os dan una patada en las partes nobles. ¿Duele? Bien, ahora imaginaros que pasa un minuto desde el golpe. Quedaros con ese dolor, ¿duele? Pues ese dolor lo manteneis durante 24h al día y durante unas tres semanas... ¿podríais soportarlo?
A principios de enero, notaba una ligera molestia en el testículo, que acabó en un dolor en el pubis, con el que convivía, llegando a un punto en el que me molestaba mucho al nadar y al andar en bici (correr no estaba corriendo). Pensé que me habría dado algún golpe y que no me habría dado cuenta. Además el dolor en los testículos me desapareció, pero tenía un fuerte dolor en el pubis, como si tuviera osteopatía y comentándolo con compañeros, me dijeron que podría ser que tenía inflamados los ganglios, o cualquier cosa, ya que estaba muy localizado y me dolía al apretar la zona en un punto.
El viernes 15 y el sábado 16, entrené con muchas molestias en el pubis. El domingo 17 me lesioné el aductor al competir a braza en Terrassa.
Y a partir del lunes 17, descanso absoluto. Esa misma tarde me puse enfermo, con fiebre y fuerte dolor en la zona del abdomen, unido a mi dolor del pubis, mi lesión de aductor y mi ligero dolor de testículos. Los médicos pensaron que podía tratarse de una apendicitis incluso.
Cuando al día siguiente me bajó la fiebre, tuve que acudir de urgencias al médico porque llevaba una semana con el dolor de testículos y parecía que me había aumentado tras enfermar. Tras explorar la zona, me dijo que mi dolor en el pubis no era la causa del dolor de testículos, sino que era el testículo, quien me creaba el dolor del pubis. Parecía que tenía una inflamación del epidídimo (El epidídimo forma parte del sistema reproductivo del hombre. Es un tubito estrecho y largo que se halla situado dentro del escroto y que, partiendo desde la parte posterior del testículo, conecta a éste con los vasos deferentes. Su función consiste en ser el lugar donde los espermatozoides maduran antes de ser expulsados con la eyaculación), y debía de confirmar el diagnóstico con un urólogo, para descartar la torsión testicular, ya que se trataría de algo más grave.
En esa misma semana visité al urólogo, que me confirmó la epididimitis y pasé varios días fatal, sin poder ni caminar, ya que el dolor era contínuo. No podía ni caminar, ni sentarme, ni tumbarme... era sufrir una patada en la partes tras otra. Todo esto una semana antes del cto. de España de natación master, lo cual al principio me preocupaba, por impedirme entrenar, pero que luego ya me daba totalmente igual, porque la cosa era seria.
El 22 hice una ecografía del testículo, que confirmaba que la cola del epidídimo derecho presentaba un aspecto heterogéneo y engrosado con vascularización engrosada. Vamos, que tenía un testículo hinchado.
Siempre pensé que las ecografías eran cosas de mujeres:

Eliminada la preocupación de los primeros días, en los que uno piensa de todo, tras confirmarse que era una enfermedad común, que no era ni un tumor ni nada raro, ya me quedé más tranquilo. Aun así pensé que debía de haber sido algún golpe o cualquier cosa.
A dos días del comienzo del cto. de España (para el cto. estuve 10 días haciendo cero deporte), pregunté al urólogo a qué pudo haber sido debido y me dijo que la inflamación era consecuencia de una infección del aparato urinario, que seguramente haya pasado una cistitis o que algún día aguanté demasiado las ganas de orinar, llegando a sufrir algún escozor al orinar. No afecta al testículo en sí (que sería una orquitis), es como si hubiera pillado una gripe.
Osea, que ni golpe ni nada. Y cistitis en mi caso tampoco, porque me acordaría, pero lo segundo sí que puede ser mi caso, porque soy de los que sale en bici 4h, se bebe dos bidones, con frío, sin sudar y no para a mear... y luego llego a casa quitándome la ropa a la carrera para ir al servicio... imagino que una semana antes de que me comenzaran los problemas, en un día que hice bici con mucho frío más de 3h, acabé forzando demasiado el tema...
Y el tratamiento consistió en antinflamatorios los primeros días y antibióticos durante casi un mes. También me recomendó llevar siempre ropa interior ajustada, para que el testículo quede bien sujeto. El descanso total sólo lo interrumpí en los 4 días que duró el cto. de España, ya que me dijo el médico que aunque el descanso era lo recomendable, si notaba molestias al caminar, no agravaría el problema, únicamente retrasaría un poco la cura. Y eso lo traduje a nadar 4 pruebas y 4 relevos en los de España, sin problemas, salvo el primer día que aun notaba un poco rara la zona. Las marcas, para todo lo vivido, fueron sorprendentes. Si no hubiera parado...
Y tras el cto., ya en febrero, descansé los 7 primeros días, que en total hacen 17 días de reposo absoluto "por cojones" entre enero-febrero. El lunes 8 retomé los entrenamientos, poco a poco, y con mucho cuidado. Los primeros días notaba la zona, como quien se ha recuperado de una tendinitis y vuelve a correr, pero parece que más o menos puedo seguir entrenando.
Al tratarse de una zona tan delicada, a la que los hombres tenemos tanto cariño, evidentemente, en caso de recaer, pararé el tiempo necesario (o más), con lo que tampoco puedo pasar de no hacer nada, a ponerme a entrenar ahora como un loco. Esto hará que llegue a Arinaga de aquella manera y esta es la explicación a que nadie me haya visto entrenar semanas atrás y ahora me vea corriendo a 4'/km, o contento por poder llegar a los 100km en bici.
Moraleja: Si sales en bici, mea.