jueves, 21 de abril de 2011

Etapa 2: Huesca-Navarra. 232 km.

El sábado 16 de abril completé la segunda de las cuatro etapas en las que recorrí en bicicleta los 917km que me salieron entre Barcelona y Asturias.
En esta segunda etapa, de Huesca a Navarra, hice un total de 231,99km, saliendo de Peralta de Alcofea, en Huesca, a las 07:40am y llegando a Mendavia, provincia de Navarra, alrededor de las 16:50 .
Pedaleando estuve un total de 7h 21min en la segunda etapa y el tiempo empleado en paradas fue de 1h 50min. La velocidad media fue de 31,55 km/h y la velocidad máxima de 61,70 km/h.
El desnivel positivo acumulado en la etapa fue de 1.220m.
Este es el perfil de la segunda etapa, con las poblaciones de paso:
Como el día anterior llegué a tener hasta 30min de retraso sobre el peor de los horarios y me salieron más km de los esperados, por si acaso, preferí adelantar mi hora de salida 30min y así tener más margen de tiempo.
Además, en esta segunda etapa, que a priori era la de menores desniveles, el viento podría jugar un papel protagonista y por norma general, a primeras horas suele pegar más fuerte, con lo que mientras más temprano estuviera en la carretera, mejor.
Salida de la segunda etapa, desde Peralta de Alcofea y la primera recta del día:
En los primeros km, aunque encontré alguna pequeña subida, me fue facil rodar por encima de 30km/h. El viernes el viento lo había tenido en contra en muchos tramos, pero hoy parecía que no era demasiado duro. Las distancias entre prueblos eran grandes y se veían largas rectas sin nada alrededor.
Los primeros pueblos por los que pasé fueron Alberuela de Tubo y Poleniño.
Pasadas las 08.00am llegué a Grañén, donde en un bache perdí la botella de aquarius que llevava en la espalda, que llevaba conmigo porque la había comprado la tarde anterior y era incapaz a beberla entera antes de salir y no quería tirarla. Recogida del suelo, bebí lo que pude y el resto lo tiré a la papelera, ya que no estaba cómodo con la botella moviéndose.
En Grañén:
De Grañén a Tardienta continuaban las largas rectas, con tendencia a ser subida. Llevaba buenas piernas y rodaba cómodo, pero necesitaba un café para espabilar, ya que en Peralta, cuando salí por la mañana, no había nada abierto y tuve que desayunar bollería y zumos comprados el día anterior.
Había salido de corto, pero no acababa de entrar en calor.
Ya en Tardienta, parada a tomar un café y de paso me puse las perneras piratas y los cubrebotines. El día anterior el sol me había castigado bastante y tenía los cuádriceps y gemelos algo quemados, así que debía protegerme del sol, para que únicamente fueran las fuerzas lo que me limitaran en estos días.
Ya a las 10am volvía a estar en ruta.
Entre Tardienta y Gurrea de Gallego tomé alguna carretera distinta a la que esperaba, ya que no encontraba indicado lo que buscaba, pero con la ayuda del mapa, continué sin problema en el rumbo correcto.
El viento era favorable y movía el plato grande con buenas piernas, con lo que en varios momentos estuve rodando a velocidades cercanas a los 40km/h.
En la foto, el canal de los monegros, una de las innumerables rectas del día, una foto de mi sombra en marcha y el velocímetro marcando 40km/h cuando llevaba 64km.
No todo eran llanos, de hecho la tendencia de los primeros km era a subir, aunque no tuve que enfrentarme a ningún puerto. Eso sí, de vez en cuando había que superar alguna pequeña loma.
Una de las referencias que he buscado en todas las etapas, para conocer el sentido de los vientos predominantes de la zona, era mirar la posición de las palas de los aerogeneradores.
Aunque no estemos en tiempos de Don Quijote y no tenga que enfrentarme a gigantes, ver que las palas estaban de cara a mí, era una buena señal, ya que siempre están dispuestas en contra del viento (la góndola orienta las palas), para obtener la energía. Es decir, si yo voy hacia ellas, es que voy en el mismo sentido del viento, lo que rompe esa famosa frase del mundo de los pedales que dice que "al ciclista le da todo por el culo menos el viento".
Digamos, que aunque fuera subida, estaba de suerte.
Llegué a Gurrea de Gallego y seguía la tendencia a llanear o subir. Llevaba 25min de adelanto sobre el mejor de los horarios previstos, con lo que parecía que la etapa sería rápida. Sólo un cambio brusco en el viento, o alguna sorpresa no esperada en los desniveles, podría hacer que se me complicaran las cosas.
Empezaba a acercarme a los primeros 100km y como no, llegaban las primeras "paradas técnicas" del día, en las que comprobaba que estaba perfectamente hidratado:
Superados los 100km, ya me acercaba a Ejea de los Caballeros. Me encontraba muy fuerte y rodaba muy cómodo, con lo que empecé a pensar que dado que llevava 40min de adelanto sobre el mejor de los horarios, igual sería conveniente intentar alargar esta segunda etapa y así hacer más corta la tercera, que creía que sería la más dura en cuanto a desniveles.
Llegué a Ejea de los Caballeros con 116km, a 31,6km/h de media:
En Ejea hablé con mis padres para que me buscaran algo sobre 30-60km más lejos de Mendavia, que era el destino final de mi etapa. Así alargaría 1-2h la etapa del sábado y reduciría el tiempo de la del domingo. Puesto que aun no había comido, quedé en volver a llamar cuando llegara a Sádaba, donde esperaría noticias.
Entre Ejea y Sábada, una larguísima recta de 20km en la que no se alcanzaba a ver el final. Tendía a subir y al final ya se me hizo un poco larga, puesto que se me iba haciendo la hora de comer.
En Sádaba, con 138km, bocadillo de lomo y coca-cola, mientras buscaba en los mapas algún pueblo donde pudiera encontrar algo para quedarme, que no me hiciera alejarme demasiado de la ruta.
Pero fue imposible encontrar algo para alargar la etapa. La zona únicamente tenía casas rurales y no tenían aforo. Decidí mantener destino y aunque llegara temprano, serían más de 230km, que por muy rápidos que se hagan, son los km que son...
Pasado Sábada, con el estómago lleno, la tendencia era a bajar, con alguna que otra tachuela. En Mélida, ya en Navarra, aproveché para llenar bidones y comerme un gofre de chocolate, que era lo que mayor índice calórico tenía en la mochila. Imposible tener una pájara con ellos.
Y continué con la marcheta, viendo como seguían avanzando los km, pasando por Caparroso y Peralta.
Como dice la canción de Victor Manuel, mi bici ya empezaba a tener "hambre de horizontes" aunque Cancellara seguía marcando el ritmo.
Con 200km alguna subidita por Carcar o Lodosa, resuelta con muy buenas piernas y paso fugaz por La Rioja, buscando de nuevo entrar en Navarra, pero ya estando muy cerca del destino y con una velocidad media que impresiona, teniendo en cuenta los km, y que llevo una mochila.
Y ya algo antes de las cinco de la tarde llegaba a Mendavia, con 1h de adelanto sobre el mejor de los horarios, puesto que había llegado con una velocidad media de 31,55km/h, en los 231,99km, unos 5km menos de los previstos.
Foto de rigor con el cartel y de nuevo tumbado en la cama del hotel:
Unas cuantas vistas de Mendavia:
En Mendavia, compra en el supermercado de Agua y bollería, una vuelta por el pueblo, un par de claras, cenar y a la cama a ver el Madrid-Barça de liga. Eso sí, cuando empezó el partido, me dormí y no vi nada.
El sol me había dejado la marca de los piratas y tenía marcado el cuello. La crema aftersun volvía a ser importante durante la tarde. Afortunadamente, durante la etapa me había protegido bastante.
Ya había hecho más de la mitad del viaje y al día siguiente me esperaba cruzar Navarra, Pais Vasco, Burgos y entrar en Cantabria. Las fuerzas permanecían intactas y el domingo sería la prueba de fuego.

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